¿Que hacés Jule?
- ¿Cómo anda caballero? – Jule estrechó la mano de Boti y
le hizo espacio, sin levantarse, en el tronco en el que fumaba sentado – Ocupe
el lugar que le pertenece.
- Hoy más que nunca deberías tener
un teléfono celular, las cosas están revueltas, no me gusta venirme para el
tronco si no sé si estarán o no.
- Justamente, las cosas están
jodidas, hay toque de queda, en quince minutos deberíamos estar cada uno en su
casa, no me gusta la idea de estar informando a través de esos aparatos, esos
elementos de control del Estado, sobre nuestra ubicación y movimientos. Además
tengo teléfono fijo –. Jule ya había colocado el tablero intacto
desde la vez anterior, lo puso en el cordón de la vereda, entre ambos, e hizo
avanzar uno de sus alfiles amenazando al único caballo en juego de Boti. - Su turno maestro-.
Hamacó Boti su cabeza un par de
veces y sonrió irónico.
- Si, sería bueno que tu hermana
dejara el teléfono en algún momento. ¿Tu familia tiene algún convenio con
Telefónica? Comunicarse con tu casa es muy difícil... -. Replicó Boti mientras ponía a salvo su caballo.
– Lo llamo a Juan para avisarle que estamos acá, ¿ok? Aún
corriendo el riesgo de ser identificado por algún comando especial del
pentágono…
- Hoy su discurso está especialmente
poblado de sarcasmo, me entusiasma. Jaque a la reinita.
- Si, disculpá. Es que el clima que
se respiraba en el viaje desde el centro hasta acá me irritó, me puso a la
defensiva. Juan, ¿qué hacés? Estamos en el tronco, ¿venís? Dale, chau.
Asique Jaque... Me distraés con tus
paranoias de elementos de control del Estado, y me atacás, en dos minutos, más
que en las dos semanas que llevamos con esta partida... ¿Cómo es esa frase? La
situación... Ya me voy a acordar -. Boti resolvió la amenaza contraatacando con la Reina
y siguió contando.
- Veníamos en el auto con Martín desde el
centro, tremendo, un ambiente... Se cortaba con un alicate de esos chinos,
truchos, del todo por dos pesos... ¿Viste cuando vas caminando por la estación
de Liniers, que parece que te la van a poner en cualquier momento...? Puta,
como era esa frase... Bueno, así. Pero distinto. Todas las caras que te
cruzabas tenían la expresión desencajada, de desconcierto, hacía un calor
fulero pero nadie venía apagado, todos alerta, como a punto de explotar...
- Si, acá los pibes salieron a la
calle también, empezaron a desfilar, venían de la villa del Trote... Algunos
entraban a los almacenes, de a puñados, y se llevaban comida... Al viejo de
Brandsen, al alemán, le vaciaron el local, no le dejaron ni una tele en la
vidriera. Esta noche sale guiso de televisores ¿no?
- Y si, la situación... La puta
frase... La tengo bailando en la punta de la lengua. Está la frase ahí, se me
caga de risa en la cara... Dame un mate, ¿está activado? A ver si con un verde
enjuago la frase y sale...
Jule le pasó un mate y le
siguió pintando el panorama de esa tarde en el barrio. Por la esquina asomó
Juan, saludó y se acomodó en el cordón. Mientras los otros jugaban ajedrez,
Juan se hacía cargo del mate y los ponía al corriente.
- Che, me comí a Laurita al final.
¿Se acuerdan de la morocha, la peluquera?
- ¿No tenía novio esa?- Preguntó
Jule, pero se lo preguntaban los dos.
- Si, lo conozco además, pero ella
me dijo que se habían tomado un tiempito, que yo qué sé... ¡Adentro!
Boti lo escuchaba pero miraba el
aire y pensaba.- ¿Cómo era esa frase..., te suena a vos
Juan? La situación... se usa para decir... - Y no avanzaba en lo que quería decir.
Juan interrumpió sonriendo. - ¿Están
fumados ya? Che, ¿tu hermana no labura en el Galicia? ¿La agarró el quilombo? Y le pasó un mate a Boti, parecía
darle un micrófono para que contestara su pregunta.
- No. Sí, labura en el banco, pero
está de vacaciones. Mi vieja es un fenómeno. Te lo digo porque es mi mamá, y
porque como ya lo vivió, y no puede olvidarse, lo huele en el aire. Hace un mes
y pico me dijo: "Si
tenés algo de plata en el banco, por poca que sea, sacala. Y cuando cobrés,
sacá la guita enseguida". Y a mi hermana le dijo que le pidiera al
banco el mes y medio de vacaciones que le debían.
Jule se levantó y le pidió a ambos que lo miraran, abrió los brazos y dijo solemnemente.
- "Que en cualquier momento se pudre todo chicos", así la veo a su señora madre vaticinando en la punta de la mesa en cada cena, hace dos meses...
Jule se levantó y le pidió a ambos que lo miraran, abrió los brazos y dijo solemnemente.
- "Que en cualquier momento se pudre todo chicos", así la veo a su señora madre vaticinando en la punta de la mesa en cada cena, hace dos meses...
- Que ratas hijos de puta los
banqueros ¿no? -. Insistía Boti. - Canallas... Mi vieja dice que esto
siempre funcionó así, la vieja sabe, hay un hijo de puta que les facilita la
entrada al paraíso, ellos vienen, chupan todo lo que pueden y cuando la cosa no
da para más, se piran con la guita y te dejan en pelotas... ¿Cómo es esa frase
del orto...? Me voy a acordar cuando esté solo, eso también funciona así...
- Los banqueros están igual de
podridos que los policías, - asentía
Juan chupando mate. - hoy veía en la tele la cara de los Ratis,
detrás de las vallas, esperando su oportunidad para reprimir, se relamían, como
el goleador que espera el centro exacto para mandarla a guardar...
- ¡Eso! - Gritó
Boti - La oportunidad... ¿cómo era la frase?
Che, tírenme un cable que este asuntito me está volviendo loco... - Sin embargo avanzaba en el juego, le
había comido una torre a Jule en el movimiento anterior y ahora definía
con la reina. - Tomá mate, Jaque mate.
- Son razas putas, banqueros, polis. - Sentenciaba Jule, aparentando desentenderse
del conflicto del recuerdo en la punta de la lengua de Boti y del ajedrez. - Igual que los políticos, el títere de presi que tenemos se
va a rajar por el primer tirante que encuentre... Pero como no se consiga un
auto blindado, o un Panzer, lo va a tener complicado pa salir... Mirá que turro
este Boti... Nos hizo la actuación de la frasecita que no sale y me liquidó el
juego...
La noche en el tronco transcurrió
muy parecida a muchas otras, de haberse visto la escena sin sonido se hubiera
jurado que el contexto no había afectado la rutina de mates y charla en la
vereda de la casa de Jule. Marcharon cada uno a su respectiva casa, Boti se
despidió escarbando todavía en sus recuerdos, buscando, sin encontrar, la frase
en su mente y en su lengua. Jule minimizó. - Ya
verá que era una boludez, siempre eso que no recordamos termina siendo una
boludez -.
De madrugada sonó el celular de
Boti, éste contestó con aire de preocupación.
- Soy Jule, le pedí a mi hermana que
me dejara usar el teléfono porque se me vino la frase a la mente. - A Boti en ese momento se le iluminó la cara y
ambos tiraron al unísono.
- ¡La ocasión hace al ladrón!
- La puta madre - Soltó Boti. - Como me boludeó una frase todo el día...
Y al final era una boludez, tenías razón... ¿Pero a qué se la quería aplicar?
¿Qué ocasión hacía a qué ladrón?
- No sé - Contestó Jule. - A
los saqueadores de teles, a cualquiera de las razas putas, a Juan y su affaire
con la peluquera, a los chorros de la estación Liniers, al goleador que espera
el centro exacto, a usted mismo y su ataque camuflado en el ajedrez... No sé...
Amigo, lo dejo, que mi hermana tiene que usar el teléfono, que descanse.
Boti se quedó unos instantes contemplando las teclas del teléfono, escuchando un silencio extrañamente frío para el caluroso diciembre que transcurría, y después cortó.
Preciosa escena che..me vi tomando mate con ustedes, asados de calor y jodidos con el corralito..grande!
ResponderEliminarYo no viví esa situación pero recuerdo verla por televisión y flipar. Debió de ser muy fuerte, caótico y surrealista. Además de una espantosa putada, claro está. Que fuerte que lo vivieras en primera persona y que genial este relato que plasma un día cualquiera dentro de aquel desmadre. Encantada de leerte!:)
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