"Tal vez el Edén, como lo quieren por ahí, sea la proyección mitopoyética de los buenos ratos fetales que perviven en el inconsciente. " Así habló Cortázar.

13 diciembre 2010

La ocasión, 20 de diciembre de 2001.


¿Que hacés Jule?
- ¿Cómo anda caballero? – Jule estrechó la mano de Boti y le hizo espacio, sin levantarse, en el tronco en el que fumaba sentado – Ocupe el lugar que le pertenece.
- Hoy más que nunca deberías tener un teléfono celular, las cosas están revueltas, no me gusta venirme para el tronco si no sé si estarán o no.
- Justamente, las cosas están jodidas, hay toque de queda, en quince minutos deberíamos estar cada uno en su casa, no me gusta la idea de estar informando a través de esos aparatos, esos elementos de control del Estado, sobre nuestra ubicación y movimientos. Además tengo teléfono fijo –. Jule ya había colocado el tablero intacto desde la vez anterior, lo puso en el cordón de la vereda, entre ambos, e hizo avanzar uno de sus alfiles amenazando al único caballo en juego de Boti. - Su turno maestro-.
Hamacó Boti su cabeza un par de veces y sonrió irónico.
- Si, sería bueno que tu hermana dejara el teléfono en algún momento. ¿Tu familia tiene algún convenio con Telefónica? Comunicarse con tu casa es muy difícil... -. Replicó Boti mientras ponía a salvo su caballo. – Lo llamo a Juan para avisarle que estamos acá, ¿ok? Aún corriendo el riesgo de ser identificado por algún comando especial del pentágono…
- Hoy su discurso está especialmente poblado de sarcasmo, me entusiasma. Jaque a la reinita.
- Si, disculpá. Es que el clima que se respiraba en el viaje desde el centro hasta acá me irritó, me puso a la defensiva. Juan, ¿qué hacés? Estamos en el tronco, ¿venís? Dale, chau.
Asique Jaque... Me distraés con tus paranoias de elementos de control del Estado, y me atacás, en dos minutos, más que en las dos semanas que llevamos con esta partida... ¿Cómo es esa frase? La situación... Ya me voy a acordar -. Boti resolvió la amenaza contraatacando con la Reina y siguió contando.
- Veníamos en el auto con Martín desde el centro, tremendo, un ambiente... Se cortaba con un alicate de esos chinos, truchos, del todo por dos pesos... ¿Viste cuando vas caminando por la estación de Liniers, que parece que te la van a poner en cualquier momento...? Puta, como era esa frase... Bueno, así. Pero distinto. Todas las caras que te cruzabas tenían la expresión desencajada, de desconcierto, hacía un calor fulero pero nadie venía apagado, todos alerta, como a punto de explotar...
- Si, acá los pibes salieron a la calle también, empezaron a desfilar, venían de la villa del Trote... Algunos entraban a los almacenes, de a puñados, y se llevaban comida... Al viejo de Brandsen, al alemán, le vaciaron el local, no le dejaron ni una tele en la vidriera. Esta noche sale guiso de televisores ¿no?
- Y si, la situación... La puta frase... La tengo bailando en la punta de la lengua. Está la frase ahí, se me caga de risa en la cara... Dame un mate, ¿está activado? A ver si con un verde enjuago la frase y sale...

Jule le pasó un mate y le siguió pintando el panorama de esa tarde en el barrio. Por la esquina asomó Juan, saludó y se acomodó en el cordón. Mientras los otros jugaban ajedrez, Juan se hacía cargo del mate y los ponía al corriente.
- Che, me comí a Laurita al final. ¿Se acuerdan de la morocha, la peluquera?
- ¿No tenía novio esa?- Preguntó Jule, pero se lo preguntaban los dos.
- Si, lo conozco además, pero ella me dijo que se habían tomado un tiempito, que yo qué sé... ¡Adentro!
Boti lo escuchaba pero miraba el aire y pensaba.- ¿Cómo era esa frase..., te suena a vos Juan? La situación... se usa para decir... - Y no avanzaba en lo que quería decir.
Juan interrumpió sonriendo. - ¿Están fumados ya? Che, ¿tu hermana no labura en el Galicia? ¿La agarró el quilombo? Y le pasó un mate a Boti, parecía darle un micrófono para que contestara su pregunta.
- No. Sí, labura en el banco, pero está de vacaciones. Mi vieja es un fenómeno. Te lo digo porque es mi mamá, y porque como ya lo vivió, y no puede olvidarse, lo huele en el aire. Hace un mes y pico me dijo: "Si tenés algo de plata en el banco, por poca que sea, sacala. Y cuando cobrés, sacá la guita enseguida". Y a mi hermana le dijo que le pidiera al banco el mes y medio de vacaciones que le debían. 
Jule se levantó y le pidió a ambos que lo miraran, abrió los brazos y dijo solemnemente.
-
 "Que en cualquier momento se pudre todo chicos", así la veo a su señora madre vaticinando en la punta de la mesa en cada cena, hace dos meses...

- Que ratas hijos de puta los banqueros ¿no? -. Insistía Boti. - Canallas... Mi vieja dice que esto siempre funcionó así, la vieja sabe, hay un hijo de puta que les facilita la entrada al paraíso, ellos vienen, chupan todo lo que pueden y cuando la cosa no da para más, se piran con la guita y te dejan en pelotas... ¿Cómo es esa frase del orto...? Me voy a acordar cuando esté solo, eso también funciona así...
- Los banqueros están igual de podridos que los policías, - asentía Juan chupando mate. - hoy veía en la tele la cara de los Ratis, detrás de las vallas, esperando su oportunidad para reprimir, se relamían, como el goleador que espera el centro exacto para mandarla a guardar...
- ¡Eso! - Gritó Boti - La oportunidad... ¿cómo era la frase? Che, tírenme un cable que este asuntito me está volviendo loco... - Sin embargo avanzaba en el juego, le había comido una torre a Jule en el movimiento anterior y ahora definía con la reina. - Tomá mate, Jaque mate.
- Son razas putas, banqueros, polis. - Sentenciaba Jule, aparentando desentenderse del conflicto del recuerdo en la punta de la lengua de Boti y del ajedrez. - Igual que los políticos, el títere de presi que tenemos se va a rajar por el primer tirante que encuentre... Pero como no se consiga un auto blindado, o un Panzer, lo va a tener complicado pa salir... Mirá que turro este Boti... Nos hizo la actuación de la frasecita que no sale y me liquidó el juego...

La noche en el tronco transcurrió muy parecida a muchas otras, de haberse visto la escena sin sonido se hubiera jurado que el contexto no había afectado la rutina de mates y charla en la vereda de la casa de Jule. Marcharon cada uno a su respectiva casa, Boti se despidió escarbando todavía en sus recuerdos, buscando, sin encontrar, la frase en su mente y en su lengua. Jule minimizó. - Ya verá que era una boludez, siempre eso que no recordamos termina siendo una boludez -.

De madrugada sonó el celular de Boti, éste contestó con aire de preocupación.
- Soy Jule, le pedí a mi hermana que me dejara usar el teléfono porque se me vino la frase a la mente. - A Boti en ese momento se le iluminó la cara y ambos tiraron al unísono.
- ¡La ocasión hace al ladrón!
- La puta madre - Soltó Boti. - Como me boludeó una frase todo el día... Y al final era una boludez, tenías razón... ¿Pero a qué se la quería aplicar? ¿Qué ocasión hacía a qué ladrón?
- No sé - Contestó Jule. - A los saqueadores de teles, a cualquiera de las razas putas, a Juan y su affaire con la peluquera, a los chorros de la estación Liniers, al goleador que espera el centro exacto, a usted mismo y su ataque camuflado en el ajedrez... No sé... Amigo, lo dejo, que mi hermana tiene que usar el teléfono, que descanse.

Boti se quedó unos instantes contemplando las teclas del teléfono, escuchando un silencio extrañamente frío para el caluroso diciembre que transcurría, y después cortó.

2 comentarios:

  1. Preciosa escena che..me vi tomando mate con ustedes, asados de calor y jodidos con el corralito..grande!

    ResponderEliminar
  2. Yo no viví esa situación pero recuerdo verla por televisión y flipar. Debió de ser muy fuerte, caótico y surrealista. Además de una espantosa putada, claro está. Que fuerte que lo vivieras en primera persona y que genial este relato que plasma un día cualquiera dentro de aquel desmadre. Encantada de leerte!:)

    ResponderEliminar

Comentarios