"Tal vez el Edén, como lo quieren por ahí, sea la proyección mitopoyética de los buenos ratos fetales que perviven en el inconsciente. " Así habló Cortázar.

28 mayo 2011

¿De qué lado estoy? (Mea culpa)

Sé de qué lado estoy, me lo recuerda mi situación cada día, y, más importante, me guían mis principios, aquellos cuyas bases forjaron mis viejos en mi lejana infancia, y que yo solito fui solidificando. Pero este mundo es contradictorio y a veces me encuentro perdido y me desoriento; a veces suceden cosas que me llevan a preguntarme de qué lado estoy.


25 de mayo: Hace unos días llegaron unos amigos de Argentina, llevábamos tiempo sin vernos, los extrañaba, por eso quise aprovechar cada momento de su estadía en Barcelona para compartirlo con ellos. Aunque Catalunya no es España (cosa de la que charlamos largo y tendido), para algunas cosas sí es España: acá el aceite de oliva es rico y accesible, lo mismo sucede con el jamón, entonces los acompañé a la Boquería para que se abastecieran. Después pasamos por Plaça Catalunya, desde allí contemplamos un símbolo de aquí: El corte inglés. Más tarde hicimos un enroque: subimos al corte inglés para contemplar otro símbolo de aquí, uno mucho más actual y real: La acampada de la indignación. Desde la septima planta se ve una panorámica perfecta de las fuentes adornadas con carteles que exigen un mundo mejor; se observan las distintas carpas precarias de material, sólidas de mensaje; desde esa altura se hace pequeña la gente apostada en el círculo central de la plaza y la gente que deambula por ahí y en los alrededores; desde allí, esa gente que se ha plantado por fín, empequeñece al gran cartel de BBVA que hace años gira en 360 grados a lo alto de unos de los edificios que hay frente a la plaza, ese cartel gira hace años, nunca lo había hecho con tanto temor, ¿será porque los que siempre le dieron de comer han dicho basta? Todo lo vemos desde una mesa pegados a un gran ventanal, junto a nosotros dos parejas de sexagenarios turistas españoles beben café. Una de las mujeres observa la plaza y dice: “que feo lo que han hecho en la plaza, con lo guapa que es, mira lo que han hecho”. Mi amigo me mira como diciéndome: “escuchaste lo que dijo esta vieja, no vas a decir nada”. Yo no digo nada, pienso en que hay gente que no tiene vuelta atrás, es decir me resigno, y no digo nada.

27 de mayo: Esta mañana me llamaron para trabajar en un restaurant en el Raval, a veces me llaman, me pagan muy poco, pero no tengo otra opción. Antes de salir leí el periódico y me enteré del fallido intento de desalojo de la plaza, los Mossos de Esquadra ingresaron a fuerza de palos y balas de goma para “limpiar” una plaza que nunca estuvo más “limpia”. Ante la noticia me apuro para pasar un rato antes por la plaza. Cuando llego, ni bien salgo de la boca del metro veo a un policia de civil con un palo extensible de acero en una mano, de esos que usan algunos patovicas (porteros) de discoteca para reprimir, con la otra mano retiene a un tipo negro, de esos que venden bolsos adonde pueden. Junto a ellos hay dos Guardia Urbana, uno de ellos me mira fijo, yo lo miro fijo, luego caigo en cuenta de que está muy drogado o tiene mucho miedo, la gente empieza a hostigar a los policias con gritos como: “fascistas”, “cagones”, “fuera, fuera”. Yo ahora miro fijo al que está de civil, lo sigo con la mirada adonde vaya, siento mucha ira, tengo ganas de decirle que es un hijo de puta, que es un cobarde, pero no digo nada, lo sigo con la mirada y avanzo mientras él retrocede, el resto de la gente hace lo mismo con éste y con los dos Urbanas, los tres policías con los bolsos requisados, sujetando a los tipos negros que intentaban vender los bolsos, logran guarecerse en la entrada de Desigual a la vez que piden refuersos. El pedido de ayuda funciona (¿la policía funciona?), en escasos minutos llegan tres patrulleros y se llevan todo y a todos, escapan en medio de los gritos de la gente.

27 de mayo: Llego al restaurant para trabajar. Me cambio y trabajo tres horas y cuarto, me gano 28 euros, aquí (como en muchos sitios) ya no pagan como mínimo un servicio, lo que antes te garantizaba ganar no menos de cuarenta euros por salir de tu casa. Ahora eso no se usa, el mercado funciona así, cuando la demanda de trabajo es grande el empresario hace lo que quiere y el empleado hace lo que puede. Cuando termina el servicio, ya con el local desalojado de clientes, me acerco a la barra para despedirme, justo en ese momento entra una chica, tendrá unos veinticinco años y habla tartamudeando un poco, se le nota algo nerviosa, como quién está por decir un discurso que no acostumbra a decir, como aquel que en su primer día de trabajo intenta venderte un seguro médico o de vida, le explica a uno de los jefes que ella y sus compañeros están en la plaza manifestando, que esta mañana la policía les requisó (acercandose más a la realidad la chica usa la palabra “robó”) los alimentos que reciben como donativos para alimentar en la plaza a quién lo necesite, que si tienen algo de alimento que les haya sobrado del servicio y si no pueden dárselo en lugar de tirarlo, el jefe le dice que eso se lo tendría que preguntar al jefe y que éste no está, yo observo y escucho, yo sé que él es uno de los jefes y sé también que aquí, como en cualquier restaurant, siempre sobra comida que va a parar a la basura, yo sé todo eso pero no digo nada, la chica agradece igual y se retira, el jefe que dice no ser jefe la saluda y le pide perdón timidamente.

26 de mayo: Recibo un mail de una amiga, luego otro de un amigo, y luego veo el mismo mensaje en varios muros de Facebook: El próximo lunes 30 de mayo se realiza la primera acción no violenta por parte de los indignados, invitan a todo aquel que esté de acuerdo a retirar de su cuenta bancaria la suma de 155 euros si es por ventanilla y 150 si la operación se hace en un cajero, sin importar el banco del que se trate ni la hora en que se haga la transacción. Indignación + Acción = IndignAcción. Festejo el paso a la acción, lo que hace unos días reclamaba cuando hablaba con mi compañera, ella se mostraba entusiasmada con los cacerolazos de las nueve en el barrio, yo le decía que dudaba del efecto de una cacerola en un ático en Joan Blanques, y ella que si era en Joan Blanques, y también en el Passeig Verdum, y en Carrer Ample, que eramos todos y que así funcionaba, y yo que necesitaba acción. El correo me entusiasma, pero luego recuerdo que en mi cuenta, hace rato, hay ocho euros con 33. El lunes mucha gente va a retirar 150 euros, los bancos van a sufrir una retirada repentina de capital, como repentinas fueron la retirada y huida parte de los bancos en Argentina en diciembre de 2001. El lunes el pueblo le hace un corralito a los bancos, claro que el presupuesto que maneja el pueblo es inferior al que ostenta un banco, pero cuidado que ya lo decía un cartel esta tarde en la plaza: “Ahora somos más fuertes”. Hoy es 27, desde mi ventana de Joan Blanques se escuchan cacerolas, después de dos días de un calor bochornoso entra un aire fresco que sienta muy bien, en tres días David se le empieza a plantar a Goliat, y yo, no, yo no voy a poder hacer nada.

23 mayo 2011

Osama, Obama, Bedoya, Chamuyo

Recordando la GRAN placa de Cronica TV: "Accidente en Flores: mueren dos personas y un boliviano", se me ocurrió buscar la placa correspondiente a la GRAN noticia de los últimos tiempos, y la encontré: "Murió Osama Bin Laden" rezaba un cartel rojo en letras blancas enormes en cualquier televisor del conurbano. En el conurbano también, mi sobrino Enzo, que es un niño y se porta lo mal que se porta un niño, recibió una vez una amenaza piadosa y efectiva: "Si te portás mal lo llamamos a Bedoya". Bedoya es un vecino de mi hermana, es un buen tipo, pero por alguna razón a mi sobrino le da pánico el sólo hecho de escuchar su apellido. Ante la amenaza de la convocatoria de Bedoya mi sobrino se amanzaba, se transformaba en un ángel inofensivo y manipulable. Si Bedoya iba al almacen de la esquina, pasaba por la casa de mi hermana, y mi sobrino lo contemplaba paralizado por el terror. Como en el conurbano, en la gran manzana, amenazas piadosas y efectivas invadieron todo el territorio yanqui y mas allá también: "Osama representa el mal, haremos todo lo necesario para aniquilarlo, para aniquilar el mal, aunque eso implique infinidad de daños colaterales". El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció oficialmente que, tras un operativo militar en Pakistán, se dio muerte a Osama. Curiosamente un día Bedoya se mudó de barrio, dejó de ser vecino de mi hermana y de mi sobrino Enzo, Bedoya no murió, pero lo que sí murió para mi hermana fue el mito que mantenía a mi sobrino en las filas del "buen comportamiento". Ahora, mi hermana, u Obama, tendrán que ingeniárselas para mantener el "orden establecido" por el mito, tal vez mi hermana use la desaparición de Bedoya para reformular el mito. ¿Que hará Obama? No sé, no tengo el gusto de conocerlo, pero sospecho que hará algo bueno, no por nada es el último premio Nobel de la Paz.

El príncipe y el maestro

El sábado pasado dos hombres, muy distintos entre sí, vivieron experiencias transcendentes, muy distintas entre sí. Hablo de William Arthur Philip Louis (Guillermo) y de Ernesto Sabato (Sábato). Ambos: hombres; ambos: personajes públicos. El sábado Guillermo se casó, ese mismo día Sábato se murió. Guillermo nació unos días después de mi hermana, en el año 82, Sábato nació unos días después de Guillermo, pero mucho antes, en 1911. Guillermo nació en Londres, hijo de los principes de Gales, Diana y Carlos, nieto de la reina Isabel II. Sábato nació en Rojas, hijo de Francesco y Giovanna, inmigrantes italianos provenientes de la región de Calabria. Guillermo estudió Geogrfía, Biología e Historia del Arte en Eton College, a la edad de siete años tenía bien clara su vocación y así le comentó a su madre que de grande sería policía “para poder protegerte” a lo que su hermano respondió: “Oh, no puedes, tienes que ser rey”. Sábato obtuvo un doctorado en Física en la Universidad de la Plata, públicó más de veinte ensayos y tres novelas, entre otras cosas dijo que “Al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización”. He intentado, sin éxito, estimar la cantidad de gente que ha leído algún libro de Sábato, mi intención era comparar ese dato con la cantidad de personas que “leyeron” el casamiento de Guillermo, es decir unos dos mil millones, cuatro mil millones de ojos. Aunque algunos le dicen Guillermo, su titulo completo es: Uff… A Sábato muchos lo llamaban así a secas, o Ernesto, aunque también fue, es y será considerado por mucha gente con el título de Maestro. ¡Próspera vida Real marital Guillermo! Buen viaje Maestro.