"Tal vez el Edén, como lo quieren por ahí, sea la proyección mitopoyética de los buenos ratos fetales que perviven en el inconsciente. " Así habló Cortázar.

08 abril 2017

Romper el arco (Independiente 0 - Alianza Lima 0 Fecha 18, Copa Sudamericana 2017)


En su primera presentación por la Copa Sudamericana, para recibir a Alianza Lima de Perú, Ariel Holan ensayó un par de variantes tácticas con respecto al partido con Vélez por el torneo local. Optó por jugar con un sólo delantero: Gigliotti, el que más había generado de los dos, fue titular y Albertengo esperó en el banco. Además, Ezequiel Barco jugó de arranque. Todo indicaba que era un partido para Barco, y lo fue porque cuando él se animó a encarar (tal vez su mejor rasgo) Independiente llegó con peligro. Si Barco no participaba, el Rojo no era punzante. El equipo no estaba cómodo y esto se debía a otra de las pruebas que hizo Holan el martes, la menos feliz de ellas: Erviti, a quien en la anterior entrada ya habíamos marcado como pieza fundamental para el equilibrio de este equipo, se ubicó adelante de Nery Dominguez y no a su costado, que es donde el 10 se siente más cómodo, desde donde construye mejor.
Pero incluso desordenado como estaba, Independiente fue dominador del juego hasta el penal a favor que desperdició Giglioti. ¿Hizo bien el 9 en patearlo con ese antecedente tan fresco en el inconsciente futbolero? ¿Debería haber rematado fuerte y al medio para asegurar? Se escuchaba, cuando Giglioti se disponía a patear, un gran murmullo generado por los pensamientos de todos los espectadores, los de la cancha y los de la tele: ¡rompele el arco! Ahí el equipo se desconcentró un poco, lo que permitió animarse a los jugadores peruanos: y ahí estuvo Martín Campaña, que sigue agigantando su confianza. Ya en el segundo tiempo, con Erviti en su lugar en la cancha, Independiente hizo méritos holgados para llevarse el partido. Pero no entró ninguna: nunca el que remataba estaba del todo cómodo, siempre aparecía una humanidad peruana para bloquear el disparo. Se dio una de esas en las que se podría jugar durante horas que la red no se iba a mover. Puede pasar. Tal vez el problema de todas esas que no entraron fue que sus ejecutores pensaron lo mismo que todo el mundo pensó en el penal fallado, rompele el arco. Tal vez este Independiente seco de gol -sólo uno en los últimos 270 minutos- no anda necesitando romper los arcos sino bajar el nervio y empujarla al gol; ser inteligente y colocarla en la red. Este Independiente de Holan, va camino de encontrar una voz propia. Está empezando a tener una forma concreta, unos rasgos diferenciados. Está en proceso, sí, por eso se entienden las pruebas. Pero este martes se confirmó algo importante para Independiente, algo que, aunque sea triste admitirlo, hacía mucho que no pasaba: en este principio de ciclo que forman los tres partidos oficiales de 2017 (San Martín de San Juan, Vélez, Alianza Lima) el Rojo jugó más o menos a lo mismo. Y eso a lo que quiere jugar Independiente no esta nada mal, necesita minutos de ruedo claro, es incipiente, pero no está nada mal.

Apuntes:

*Ezequiel Barco debería, cada tanto, una de cada tres por ejemplo, tocar de primera -antes tal vez no tenía con quien jugar al toque, pero en este equipo puede hacerlo- en lugar de intentar la personal casi siempre -es muy joven, tiene tiempo para aprenderlo.
*Martín Campaña está más que consolidado en el arco de Independiente. Ya vemos como algo tan normal que nuestro arquero brinde seguridad que no nos acordamos de lo infernal que era eso.
*Ya es una gran noticia que en el primer equipo jueguen tantos pibes de las inferiores, notición ensalsado con la seriedad con la que juegan sus primeros partidos chicos como Bustos, Blanco o Franco.

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