"Tal vez el Edén, como lo quieren por ahí, sea la proyección mitopoyética de los buenos ratos fetales que perviven en el inconsciente. " Así habló Cortázar.

03 abril 2017

Por buen camino (Independiente 1 - Vélez 1 Fecha 18, Torneo argentino 2016/17)


Para resumir el desempeño de Independiente frente a Vélez en su segundo partido oficial del año -el tercero del ciclo Holan- yo diría que “Tiró una onda, pero no la fue a buscar”, o “Mostró algo pero no lo supo aguantar”. Y sí, no se puede negar que desde el comienzo y hasta el minuto 30 de primer tiempo (y los primeros 15 del segundo) el Rojo jugó bien, nada del otro mundo, ojo, pero no estuvo mal. 
Veamos qué fue lo bueno que demostró:
Lo principal me parece que es algo que tiene que ver con las sensaciones. Me explico: hace años que un lateral a favor nuestro genera nerviosismo (bien fundado, por cierto) porque hay muchas probabilidades de que la jugada termine con riesgo para el arco rojo. Lo mismo pasa con un córner a favor: lo más probable siempre es que no derive en gol nuestro sino en una contra peligrosa para el rival. Esto, por supuesto, tiene que ver con que el equipo ejecuta mal, pero además con que para mal la defensa cuando ataca; carece de ideas y/o confianza para elaborar algo concreto y contundente que obligue a los jugadores rivales a preocuparse por evitar ese ataque, en lugar de eso el rival arma el contragolpe y lastima. Lo bueno de este partido fue que no sufrimos en un lateral o en un córner a favor, sino que daba la impresión de que se podía generar algo importante a favor. Estas buenas sensaciones duraron casi una hora, exactamente hasta que salió Erviti. Y ya un rato después empezó el famoso murmullo. Pero sigamos con las buenas , que todavía queda algo más.
Independiente mostró opciones de ataque variadas. Cuando no podía penetrar tocando, aparecía alguien que cambiaba de frente o ensayaba un pase largo con criterio. Las pelotas paradas también fueron una buena opción, de hecho el gol llegó con ese tiro libre espectacular de Rigoni. Tampoco es que el Rojo haya tenido muchísimas situaciones claras de gol, la verdad, pero Vélez no inquietaba y los volantes nuestros tenían la pelota. Y el equipo jugaba con tranquilidad, sobre todo a partir del gol (minuto 14).
Otra buena: es un acierto de Holan ubicar a Bustos de lateral derecho. Un puesto que hace años trae más problemas que satisfacciones. El de Ucacha (Córdoba) deberá ganar experiencia en la marca para no generar penales en contra o faltas cerca del área (Gustavo Toledo, quien lo precede en el puesto, tiene récord en gestar ese tipo de faltas a favor del rival) y para mejorar en la salida (perdió dos o tres pelotas intentando salir por su banda). Pero garantiza una buena llegada por el lateral y sacrificio.
Y la última: jugar con un volante central a la vieja usanza. Todavía tenemos que verlo jugar unos cuantos partidos más a Nery Dominguez, pero la primera impresión fue muy buena. Siempre que Vélez inició un ataque Nery estuvo bien parado. Torito Rodriguez ya tuvo muchas chances y nunca logró regularidad, alterna buenas y malas en un puesto que no admite demasiados errores. Al surgido en Rosario Central le hace muy bien tener cerca a Erviti cuando recupera la pelota: su rendimiento cayó cuando salió de la cancha el ex Banfield. Y así damos paso a los aspectos negativos, comenzamos a hablar de cómo y por qué este Independiente, que arrancó muy bien, terminó el partido algo desdibujado.

El segundo tiempo empezó bien para el Rojo: jugando en campo rival, presionando alto. El gol de Burrito Martinez golpeó bajo, sin embargo el equipo siguó funcionando bien, hasta que finalmente se desarmó: cuando salió Erviti. El 10 no jugó un gran partido, pero asociado con Nery Dominguez es el nexo entre defensa y ataque. Y es, además, el punto de sosiego de Independiente. Erviti sabe muy bien cuándo debe acelerar, cuando meter la pausa, y rápidamente asumió su rol. Insisto, aun sin jugar bien el 10 es esencial para el equilibro de las líneas de Independiente.
Nicolás Figal, el preferido de Gabi Milito, también goza de la confianza de Ariel Holan. Es un buen defensor pero debería entender cuál es su puesto en la cancha, cuáles son sus obligaciones y dónde están sus limitaciones. En el partido del viernes Barco, que entró en el segundo tiempo, perdió un par de pelotas cuando intentó gambetear. ¿Dónde las perdió el volante ofensivo? Cerca del área de Vélez, claro. Ahora, cuando el que intenta las gambetas y pierde el balón es Figal, el área más cercana es la de Martín Campaña. Es una cuestión puramente lógica, un error conceptual que lo vuelve muy peligroso. Hay que remarcar a este respecto que Independiente tiene un plantel muy corto de defensores, por lo cual que Figal entienda el problema se está tornando una urgencia. Frente a Vélez, además, le hizo un penal grande como una casa a Pavone que además acarreaba expulsión (ya estaba amonestado) que, afortunadamente, el árbitro Lamolina no marcó. Figal salvó el cuello pero el equipo se desconcentró, por suerte enseguida se terminó el primer tiempo.  

Con la salida de Walter Erviti Independiente se partió en dos y le regaló la pelota a Vélez, que incluso amarrete como fue se animó y podría haberlo ganado. Albertengo y Gigliotti pusieron muchas ganas pero todavía ninguno de los dos está fino. El ex Boca, para ser goleador, está demostrando demasiadas dudas en el área. Independiente necesita como el agua que se abra el arco para ambos lo antes posible o al menos para uno de ellos. El equipo demostró que sabe cuál es el camino a seguir, pero al primer revés se reencontró con ciertos fantasmas que lo inhiben y le hacen olvidar el rumbo. Se vienen muchos partidos apretados en pocos días, así como jugó sólo dos partidos en más de cien días ahora deberá asumir casi una docena de compromisos en menos de dos meses. Veremos si las buenas intenciones que pudimos ver se transforman en algo más sólido. Lo bueno es que las respuestas no tardarán en llegar, el martes nos visita Alianza Lima de Perú por la Copa Sudamericana.

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