"Tal vez el Edén, como lo quieren por ahí, sea la proyección mitopoyética de los buenos ratos fetales que perviven en el inconsciente. " Así habló Cortázar.

13 noviembre 2012

6,7,8N y 8TN (La ignorancia como capital)

Insisto, no les creo, y como siento que hace falta, me explayaré un poco más en los motivos de mi incredulidad:
Si bien la objetividad no existe como tal en la expresión humana directa (y esto no lo digo yo sino la Antropología Social en un eterno debate jamás resuelto), es decir en la interlocución entre dos personas, ya que siempre se le imprime a la voz cierta subjetividad, y mucho menos en la expresión mediatizada porque a esa subjetividad inevitable se le suma otra más poderosa que responde a los intereses económicos que son los que en definitiva marcan el camino de todos los discursos mediáticos, aún en este escenario creo que se puede buscar en las expresiones algún atisbo de objetividad, pero difícilmente esto suceda en lo que se puede ver o escuchar en el caso de Clarín y 6,7,8.
Sin embargo debo ser justo, ya que escribí un
texto que me valió algunas críticas y el siguiente elogio: “Qué elegante cagada a pedos”. Así, como le apunté principalmente a los medios de comunicación de cada bando en esta guerra, a la propaganda de cada facción, debo ahora al menos enumerar los rasgos de la cobertura de la manifestación de uno y otro medio, y lo haré con dos apartados:



Transmisión real y transmisión codificada

El Grupo Clarín no transmitió en vivo y en directo la marcha, durante toda la jornada emitió imágenes producidas “hace instantes”, es decir que la cobertura de los hechos fue editada ¿Por qué? ¿Por miedo? Debido a la censura, ¿de quién?
Como resultado se vieron declaraciones de manifestantes, que si bien son reales, están cargados de un manto de opacidad propio de la edición en un acto cívico que lo que reclamaba era otra cosa.

La TV pública puso un equipo periodístico que, en vivo, transmitió los hechos. La periodista Cynthia García le preguntó a los ciudadanos por qué habían acudido a la manifestación, y luego repreguntó buscando encontrar solidez en las explicaciones presentadas.
El resultado fue que algunos manifestantes presentaron argumentos sólidos a su decisión de salir a la calle a reclamar, la periodista no les quitó el micrófono, y en general en esos casos los propios manifestantes terminaron felicitando al equipo periodístico por su trabajo; muchos otros se basaron en consignas vacías que más bien parecían discursos que, repetidos hasta el hartazgo, se van transformando en someras verdades para quienes los dicen; otros prefirieron la violencia como declaración, verbal en muchos casos y física en otros (entre los que se pudo ver a algunos militantes que respondían a
Pando).

El pueblo ignorante como arma total

Creo que 6,7,8 transmitió en vivo porque era consciente de que la gente que marchaba lo hacía por distintos motivos, generando una masa heterogénea sin una voz clara, y sin representación, en ese escenario quienes salieron a la calle con consignas y argumentos claros se perdieron entre la marea de ignorancia y del reclamo incierto, mucho más se atenuaron dentro de la violencia ciega de ciertos manifestantes, siendo algunos de ellos seguidores de la agrupación Pando (visiblemente drogados) que al grito de ¡viva! confraternizaban con los “compañeros" militares caídos durante “su” gobierno. El programa de la TV pública exprimió al máximo en estos casos la ignorancia reinante en un gran número de los manifestantes con el simple y lícito hecho de abrirles el micrófono.



Por su parte, Clarín, temeroso de que esa ignorancia pusiera en evidencia lo dudoso de muchos de los reclamos, no se arriesgó a transmitir en vivo. En su lugar, como ya dije, transmitió con el retraso suficiente como para aggiornar la ignorancia que muchos manifestantes escupían según las conveniencias. Pero no sólo esa omisión de la voz autentica es el uso pasivo que Clarín le dio a la incultura popular, también hizo y hace un uso activo de ella, demostrado en las repeticiones maquinales por parte de la gente de denuncias hechas, por Lanata por ejemplo, en el pasado y de las cuales luego Clarín se ha tenido que reivindicar por tratarse de datos falsos o manoseados. También Beatriz Sarlo, en La Nación, criticó que la periodista de 6,7,8 le preguntara a los manifestantes sobre sus reclamos, tildando a ella y al programa, y al gobierno, de pedantes. En uno de estos casos de pedantería la periodista le pregunta a una mujer por qué está acá, y ella dice que entre otras cosas para recuperar la libertad jurídica, a lo que Cynthia García repregunta qué es la libertad jurídica, la respuesta de la mujer es que ella no es abogada y no sabe lo que es.


Una y otra facción utilizó esa ignorancia para su propio cometido, y ambos medios utilizaron la técnica de cobertura que mejores resultados podía darle, o que consecuencias menos perjudiciales les provocaría. La gran diferencia es que entre una y otra utilización, sin duda, la que más se acerca a la producción de información verdadera es aquella que permite decir y no tapa, la que muestra y no omite.



Yo digo que cuando se le preguntó a la gente en 2001 por qué estaba en la calle pegándole a una cacerola las respuestas, todas ellas, fueron naturales, auténticas, unánimes y concluyentes. Algo muy distinto ocurrió cuando en el 8N la TV pública abrió el micrófono, y cuando Clarín lo codificó. La ignorancia responde entre otras cosas a la falta de preparación, a la falta de recursos, a la imposibilidad de educarse y sin embargo en 2001 la gente que se proclamó provenía de los estratos más bajos, los más castigados, mientras que en el 8N la voces fueron principalmente de la clase media, de aquellos que contaron con más recursos en nuestro país para combatir ese flagelo. Esta contradicción viene a decir que la verdad, cuando está a la vista, es insoslayable, y la incultura, la negación o el manoseo de la información es, más allá de su procedencia o causante, un activo muy jugoso, es la ignorancia y su utilización, unos de los capitales más fructíferos que existen.


Está claro que un gran número de argentinos tiene que lidiar con numerosos inconvenientes e injusticias, históricamente sucedió y la actualidad no es la excepción, lo que sucede es que este 8N no es el camino. La presidenta lo sabe, y conocedora de esto declaró que es su deseo que la gente que está disconforme necesita una plataforma de representación política, y también sabe que es muy improbable la aparición de esa figura, por eso lo declara, y esa certeza le imprime a sus argumentos enorme confianza.Yo también creo en esa afirmación, considero esa aparición una necesidad de suma urgencia, y sospecho de lo improbable de que esto suceda, la diferencia es que esa certeza negativa no me produce confianza, sino más bien todo lo contrario. Y si tengo una certeza es la que me dicta mi ignorancia atacada, los valores y conocimientos que en toda mi vida fueron atacando a mi incultura: esa representación no es, no debe ser embanderada por el Grupo Clarín.



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