"Tal vez el Edén, como lo quieren por ahí, sea la proyección mitopoyética de los buenos ratos fetales que perviven en el inconsciente. " Así habló Cortázar.

23 junio 2015

Argentina, el equipo sin confianza.

El último partido del grupo para Argentina se presentaba como un ensayo en el que practicar aquello en lo que se estuvo flojo, para probar alguna variante táctica, para envalentonar.
Sin embargo el choque contra Jamaica sirvió para remarcar en qué está fallando el equipo argentino, cuáles son sus deficiencias, y para sembrar un montón de dudas. O en realidad para regar esas dudas que ya se habían sembrado en los partidos anteriores. Un equipo que generó unas 30 llegadas al arco rival y convirtió solo 4 goles (uno de penal, otro regalado por un defensor contrario). Un equipo que es siempre protagonista, que siempre es dueño del balón, pero que llegado un momento del partido (con Paraguay, minuto 60; con Uruguay, minuto 25; con Jamaica durante todo el partido) no sabe bien qué hacer con él. Un equipo obsesionado por ponerse en posición de ataque (que no es lo mismo que atacar), una obsesión que le nubla la realidad. Si se le está ganando a Uruguay 1 a 0 y el rival tiene la obligación, la pelota la tiene el arquero argentino, Uruguay no presiona porque su jugador más próximo está a 30 metros y no tiene la intención de apurar a Romero, ¿cuál es la necesidad de salir, de avanzar, de atacarlo cuando el rival espera? ¿Si Argentina espera con el balón en su poder que Uruguay se haga cargo de la obligación, no se generarán espacios, esos espacios que Argentina no encuentra cuando ataca casi por reflejo? Si bien me refiero a una jugada puntual en la que Romero tenía el balón y Cavani miraba desde lejos sin ánimo de acercarse, me parece simbólico. Es un reflejo de cómo se ve perjudicada la selección de Martino por no sé bien qué presión, o una presión que viene no sé bien de dónde. De la historia, de la hinchada, de la prensa, de la sangre y la propia idiosincracia. Como sea, Gerardo Martino debería tomar nota de esa confusión conceptual, de la infertilidad a la hora de definir, del daño que le hace al equipo argentino esa presión externa de la que hablo. Contra Jamaica se podría haber jugado durante tres días que el conjunto, según Edinson “el geógrafo“ Cavani, “africano“ no iba a convertir un gol. Lo triste es que dio la impresión de que Argentina tampoco iba a aumentar la diferencia.
Las carencias mostradas en los tres partidos se vieron exageradas, ensanchadas en este último porque se trataba del equipo más débil de la copa. Eso demuestra que el problema tiene que ver con el estado de ánimo, con la concentración, con la confianza. Y, sinceramente, suena un poco loco. Es como un tipo que tiene que ir a encontrarse con una mujer para seducirla, ese es su objetivo y el hombre lo tiene todo (belleza, ingenio, saber estar, dinero, etc.) pero pese a sus altas chances de seducirla va con la confianza por los suelos. Bueno, Argentina. Difícilmente se junten mejores elementos para representar al equipo de fútbol argentino en el futuro. Así y todo, con esta irregularidad, Argentina demostró ser el equipo más fuerte del torneo. Y eso no sé yo si habla bien de Argentina o mal del resto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios